por David / Enviado el 19 feb 2023, 19:05:00 / correo / @geektopic / Análisis
Las unidades de estado sólido más económicas son ahora las de tipo PCIe 3.0 por lo que son ya las más vendidas por encima de las SATA, ambas moviéndose en los mismos precios. Entre estas económicas se encuentran las de la serie Legend 710 de ADATA, que tiene un par de particularidades que las hace interesantes para equipos económicos o para almacenar grandes cantidades de información.
La serie Legend 710 de ADATA se vende en una caja en cuyo interior hay una bandeja de plástico con la unidad y una lámina disipadora de aluminio. Es un buen añadido para aquellos equipos cuya placa base no dispone de disipador para las SSD, aunque no es un tipo de unidad que vaya a calentarse mucho.
El formato de la unidad es el habitual M.2 2280, con una placa de circuito impreso en color negro, sin pegatina en la parte superior, y una con toda la información de la unidad en la inferior. El dispersor de calor de aluminio añade poco más de un milímetro al grosor de la unidad, teniendo una almohadilla térmica como es habitual.
Esta serie incluye un controlador RTS5766DL de Realtek, con una interfaz PCIe 3.0 ×4 y un protocolo NVMe 1.4. Dispone de cifrado por hardware de tipo AES-256, y no incluye DRAM para búfer. En su lugar recurre a la memoria principal a través de HMB (búfer de memoria en anfitrión). Eso reduce notablemente el coste de la unidad, pero a la vez limita el rendimiento en ciertas situaciones aunque reduce el consumo, por lo que son más ideales para portátiles de bajo coste. La serie incluye modelos con una capacidad de 256 GB, 512 GB, 1 TB y 2 TB.
Las SSD actuales tienen una tendencia a proporcionar la misma experiencia de uso en el día a día independientemente de su coste, y quiero decir con ello que la mayoría de las tareas que se tienen que hacer de leer y escribir ficheros en un uso normal se realizan en unos tiempos muy parecidos o indistinguibles para el usuario final. Las unidades SATA3, PCIe 3.0 y una PCIe 4.0 no tendrán diferencias notables si se utilizan para jugar, arrancar el sistema operativo o tareas básicas en programas de diseño, ya que dependen más del procesador y tarjeta gráfica. Al menos hasta que llegue DirectStorage a Windows 10, pero todavía queda tiempo hasta que los juegos realmente lo aprovechen.
Aun así, pueden proporcionar velocidades muy distintas para otras tareas más específicas, como copia de archivos grandes o pequeños entre discos, descarga de múltiples archivos de internet mientras se usan otras varias aplicaciones, a la hora de tener activas varias máquinas virtuales, para crear servidores web y de bases de datos, o incluso en algunos juegos que hagan un uso intenso de lectura para cargar objetos a medida que el jugador avanza por un mapa.
Las pruebas de las unidades SATA y PCIe 3.0 están realizadas en un PC con una placa base B660, memoria DDR4-3733 y un Core i5-12400. Las pruebas de las unidades PCIe 4.0 están realizadas en un equipo con una placa base Z690, memoria DDR5-6400 y un Core i7-12700K. He probado varias de las unidades en ambos equipos como control y no he notado discrepancias de rendimiento por lo que el uso de equipos distintos me parece válido para este análisis, o al menos para las pruebas que hago.
Las primeras pruebas son de lectura/escritura secuencial y aleatoria de archivos de 128 kB y 4 kB respectivamente, en el que se miden los resultados con colas de profundidad variables. Estas colas representan el número de operaciones que están siendo ejecutadas en un momento dado, y debido a la naturaleza de la memoria NAND, el rendimiento se beneficia de tener colas de mayor profundidad que potencia el paralelismo en las operaciones de entrada/salida (E/S).
En una prueba enlatada es habitual que la profundidad de cola sea de 32 para saturar el enlace E/S, pero en un uso más del día a día la profundidad de la cola suele ser sobre todo de 1, 2 y 4. En los siguientes datos se recogen los resultados de la media de estos tres tamaños de colas de profundidad. En el caso de las pruebas secuenciales, se realizan con bloques de 128 kB, y en las pruebas aleatorias son bloques de 4 kB. Se han dejado durante 3 minutos a cada cola de profundidad y prueba —en total cinco pruebas distintas— con IOMeter, tras acondicionar la SSD para conseguir un estado estable de rendimiento.
A continuación tenéis la habitual prueba en CrystalDiskMark 8, que están en la línea de los resultados anteriores.
Las pruebas anteriores las he hecho con el disipador de aluminio incluido con la placa base B660M-A D4 de ASUS, porque la mayoría incluyen uno. Con la unidad en carga y ese disipador no llega a superar los 47 ºC, teniendo en cuenta que además tiene poco espacio a su alrededor. Queda ligeramente debajo del disipador de la CPU, y bastante pegado a la tarjeta gráfica, una RTX 3080.
Cambiando al dispersor de calor incluido con la unidad las temperaturas no son mucho peores. En carga completa en escritura secuencial alcanza los 52 ºC pero no hay pérdida de rendimiento en ninguno de los casos. Es una unidad que consume por lo general bastante poco y al final se nota en que se puede usar con una refrigeración comedida.
Las unidades PCIe 4.0 no aportan una mejora de rendimiento que se pueda realmente notar en el día a día, en lo cual incluyo jugar. Por eso las unidades PCIe 3.0 deberían ser más interesantes para la mayoría de usuarios, siempre que tenga unos mínimos de rendimiento y características. La serie Legend 710 de ADATA cumple con ello.
No es la serie más rápida del mercado, pero sí es de las más baratas. El modelo de 1 TB tiene un precio en torno a los siete céntimos por giga, aportando además cifrado por hardware que es algo que se suele prescindir en estas unidades económicas. Tiene una durabilidad normal, siendo en el modelo analizado de 260 TB, por lo que incluso se podría usar como disco de escritura en aplicaciones como Photoshop.
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