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Una mujer menuda, de melena roja, ataviada con chaqueta verde pistacho y camiseta y pantalón fucsias se desató ayer por el Campo da Leña coruñés en un intento de acaparar los focos en el martes carnavalero coruñés. Llevaba una suerte de auriculares revestidos sobre algo que parecía papel de aluminio y se movía compulsivamente al ritmo de la música de Bizarrap y una letra que hace famosa Shakira. Entre el estupor generalizado, los vecinos que se agolpaban en la zona vislumbraron bajo ese paño a la alcaldesa de su ciudad. Era ella, Inés Rey, la que danzaba al tiempo que, con mejorable entonación, explicaba a quienes la veían: “Una loba como yo no está pa novatos”.
Rey lideraba un cortejo singular entre el que deslumbraba el concejal Jesús Javier Celemín, edil de Educación, Memoria Histórica, Innovación, Industria y Empleo que entre impertérrito y estupefacto sostenía un sobre con el logo de la Agencia Tributaria, se supone que en alusión a los problemas de su jefa con Hacienda. A ratos impasible, otros resignado a su papel, estoico en todo momento, Celemín ejerció de brillante actor secundario en una escena que trataba de dominar la expansiva sosías de la cantante colombiana. Más discreta se vislumbraba a la concejala Diana Cabanas mientras la directora de comunicación de Rey cargaba con un cartel que la definía como un Twingo. Se supone que dispone de establo.
Todos habían estado en la ofrenda floral a personajes relevantes del carnaval coruñés. Allí ya se marcó un primer baile Rey, poco después de posar en un cuadro inolvidable en el que se podía vislumbrar al edil Juan Ignacio Borrego con una colorada nariz postiza que le daba un aire de triste clown. Tampoco lucía como la alegría de la huerta el concejal nacionalista Francisco Jorquera, que en un video difundido por el BNG observaba como quien acababa de aterrizar desde Saturno todo el trajín que había en la calle de San Juan. Se ataviaba, eso sí, con un gorro de arlequín que a sus asesores les debió de parecer indicado para la ocasión. Por parte del Partido Popular, el concejal Roberto Coira optó por lo que alguno de los presentes definió como “un disfraz de gris funcionario de la Diputación”. A esas horas el candidato a la Alcaldía, Miguel Lorenzo, que como antaño alcaldes como Francisco Vázquez o Javier Losada compagina sus tareas municipales con las de senador, se encontraba en la sesión de control al Gobierno en la Cámara Alta.
Más allá de las dotes vocales de Rey o de su pericia para el baile, sorprende su alegría y excitación para hacer suya y pasear por la ciudad una canción que en su día criticó a través de las redes sociales. “Dos niños de 9 y 7 años mañana irán al colegio, a jugar al fútbol, a clase de inglés o a un parque, y tendrán que escuchar lo que dos niños de 9 y 7 años no tendrían que aguantar. Nada más que opinar”, apuntaba tras el estreno de Bizarrap y Shakira hace poco más de un mes. Entonces la alcaldesa recomendaba escuchar a Joan Manuel Serrat.
Antes de lucir como Shakira, la alcaldesa acudió a hacer el saque de honor de un partido de fútbol entre los equipos del Relámpago y en Eirís que desde el Concello se quiso parangonar con los multitudinarios duelos que se disputaban en los años sesenta en Elviña con motivo del Carnaval. Rey pisó entaconada el penoso césped artificial (más bien caucho) que luce el campo de fútbol de la Leyma y puso pies en polvorosa. A partir de ahí se puso el terno de Shakira y obvió su asistencia, como edil responsable de deportes, a la jornada de baloncesto en la calle organizada por el Basquet Coruña en la Plaza de San Pablo y a la entrega de galardones de los premiados en el Coruña Corre En Pista de atletismo que se celebró sin presencia de representantes municipales.
Hoy es miércoles de Ceniza y A Coruña sigue sin presupuestos.
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